miércoles, 20 de febrero de 2019

EL MUSEO DE LA POLICÍA

LEÓN TROTSKY Y RUBÉN LEÑERO ESTUVIERON AHÍ
Roberto Samael C. E.
En las calles de nuestro Mágico Centro Histórico, encontramos edificaciones especiales que al saber sobre su origen y lo que ahí ha acontecido, nos maravillamos y sorprendemos por todo lo que ahí se albergó, más aun cuando estas construcciones siguen vigentes y que dan la oportunidad para visitarlas, conocer y sentir esas vibras que ahí se resguardan. Uno de estos sitios es el edificio que actualmente alberga las instalaciones del Museo del Policía de la Ciudad de México que es una construcción realizada entre los años 1906 a 1908, bajo la dirección del arquitecto mexicano Federico Mariscal, quien fue discípulo de Adamo Boari (arquitecto italiano que realizó la edificación del Palacio de Bellas Artes y el Edificio de Correos en el Centro Histórico de la Ciudad de México).
El estilo arquitectónico de la construcción se le ha llamado Ecléctico, es decir, que combina diferentes estilos arquitectónicos y estéticos, entre ellos: Art decó y Neogótico, que estaban de moda en las edificaciones europeas de la época (en México retomó algunos componentes iconográficos de las culturas mesoamericanas); estos elementos en la forma de edificar fueron el modelo de muchas construcciones en la Ciudad de México; con ello se pretendían imitar el desarrollo urbano de las capitales europeas, en cuanto a planeación y construcción de calles, plazas y edificios, pero con un toque propio.
El gobierno de Porfirio Díaz se dedicó a construir: hospitales, escuelas, parques públicos, edificios de gobierno, así como el antiguo Colegio Militar, con el objetivo de conmemorar el Primer Centenario de la Independencia de México. Apenas inaugurado el inmueble que hoy ocupa el Museo del de Policía, se convirtió en una de las construcciones más emblemáticas de la ciudad, durante el siglo XX. Fue sede de la VI Estación de Policía, Estación de Bomberos, Juzgados, Cruz Verde, etc. El edificio fue dañado durante los enfrentamientos armados, en la llamada "Decena Trágica", sublevación de un grupo de cadetes de la Escuela Militar, que terminó con el ascenso al poder de Victoriano Huerta y el encarcelamiento y muerte de Francisco I. Madero y José María Pino Suarez.
En los años cuarenta del siglo pasado, el edificio se transformó en Puesto de Socorro, para convertirse posteriormente en la Cruz Verde. El 20 de agosto de 1940, Ramón Mercader, ciudadano de origen español, agente de la GPU Policía Política Stalinista, hirió de muerte a León Trotsky, en su casa del barrio de Coyoacán, el intelectual fue trasladado herido de gravedad a la Cruz Verde, lugar en el que murió el 21 de agosto. El médico que le practicó las operaciones fue el destacado cirujano Rubén Leñero, quien tenía una sólida preparación profesional, una excelente práctica quirúrgica, que aunado a su vocación social lo hicieron un personaje importante en el ámbito de la medicina de la época.
En 1991 el recinto se adaptó como Museo de la Policía Preventiva, adecuando sus espacios interiores para salas de exhibición, durante un año ocupó esta función, de 1992 a 2006, estuvo cerrado al 70 por ciento de su capacidad, ya que el espacio restante fue utilizado por sectores de la policía, como: Sector T-2000, Policía Metropolitana, Sector Centro y la PGJ. En el 2006 se inició el Proyecto del Centro Cultural Policial; en 2010 se cambió el concepto a Museo del Policía, y ese mismo año, se adaptó la parte sur del inmueble para que fuera usado por el C2. Actualmente el Museo del Policía, además de albergar un importante acervo de objetos, cumple funciones de Centro Cultural, con exhibiciones de fotografía, pintura; obras de teatro; presentaciones de libros; conciertos, entre otras actividades.

lunes, 13 de agosto de 2018

ESCUELA DE INDIOS DEL SIGLO XVI


LAS ENSEÑANZAS DE LOS RELIGIOSOS EN LA NUEVA ESPAÑA
Roberto Samael C. E.
Durante la colonia, la ciudad o lo que era por aquel entonces, se acomodaba, se formaba. Los ibéricos levantaban iglesias por doquier, para ese entonces, la iglesia de la Santa Veracruz, junto con San Hipólito, marcaban el límite poniente de la ciudad y era parte de las cuatro iglesias (San Miguel Arcángel, Santa Catarina y el Sagrario), que eran denominadas “de españoles”. Como la gran mayoría de las parroquias seculares, ésta también comenzó en una pequeña capilla que sostuvo la cofradía de la Santa Veracruz. Desde finales del siglo XVI, el Arzobispado la asignó como parroquia para españoles; los indígenas asistían a los oficios en sus propios templos y capillas.
Lo anterior también explica por qué la iglesia sostenía fuertes lazos con la Virgen de los Remedios, que era vista como la protectora de los españoles: cada vez que era llevada a la ciudad, antes de llegar a la Catedral hacía una pausa en Santa Veracruz. Este recorrido fortalecía simbólicamente su papel, como sucedió durante el movimiento de Independencia. La Virgen de Guadalupe, que aludía al estandarte de los revolucionarios, fue confrontada con la de los Remedios, que tenía su santuario al final de la calzada de Tacuba, justo por donde huyeron los españoles al ser vencidos por los indígenas en el llamado, Árbol de la Noche Triste. En ella se veneran al Cristo de los Siete Velos y a la Virgen de los Remedios.
La hechura barroca churrigueresca de Santa Veracruz se comenzó a principios de 1760 y se terminó seis años después; pero si el visitante observa con detalle, notará que sus torres tienen diferente calidad: la del sur, plenamente barroca y levantada al mismo tiempo que el resto del templo, contrasta con la del norte que fue añadida en el siglo XIX debido a que la jerarquía de la parroquia le exigía contar con dos torres al frente y con más de cuatro campanas. Su portada, coronada por el arcángel San Miguel, la Santa Cruz y el obispo de Sebaste, revela su filiación con el Arzobispado.
Algo para resaltar y que pocos saben, e que en su interior fue enterrado el reconocido escultor Manuel Tolsá, quien entre otras muchas obras participó en la construcción de la Catedral Metropolitana, en el edificio del Museo Nacional de San Carlos y en la Casa del Marqués del Apartado, solo por nombrar algo de más muchas obras que realizo este gran personaje en tiempos de la colonia. Pero además ahí, detrás de esa construcción, existió lo que por aquellos tiempos era conocido como “la Casa o Escuela de Indios”.
Ubicada en la calle 2 de abril en el número 20, fue una de las llamadas “Escuela de Indios”, que fundaron los frailes españoles a principios del siglo XVI. Aquí se les enseñaba a los “indios” en los años posteriores a la conquista, y como parte del adoctrinamiento con diversas disciplinas que para los frailes eran básicas en sus propósitos, tales como latín, dibujo, pintura, escultura, artesanía y artes de bordar. También se establecieron talleres en donde se preparaba a canteros, herreros, carpinteros, albañiles, sastres, enfermeros y zapateros entre otros oficios.
Por las mañanas enseñaban lectura, escritura, canto y por las tardes doctrina. Se asistía a las fiestas religiosas y se cantaba en el coro. A los pequeños no les era permitido comunicación alguna con sus familiares “para que no se contaminasen de los errores de la idolatría”. Entre los más adelantados, se eligieron a cincuenta, a quienes se les preparaba para ser enviados como catequistas a los alrededores de la Ciudad de México e incluso a las provincias cercanas.
El impulsor y fundador de este tipo de escuelas, fue fray Pedro de Gante (Pieter van der Moere, conocido como fray Pedro de Gante o Pedro de Mura fue un religioso franciscano flamenco, uno de los primeros en arribar a Nueva España, donde permaneció casi cincuenta años como evangelizador y educador). Nació en la última década del siglo XV en Gante, Bélgica. Al poco tiempo de haber llegado al nuevo mundo fundo la prime escuela en Texcoco y poco después en la Ciudad de México en la iglesia del convento de San Francisco, que dirigió por espacio de medio siglo, en la que llegaron a reunirse, más de mil niños, adultos, mujeres y hombres urgidos de instrucción religiosa y civil.
Gante, era tan apreciado entre los indígenas que casi todos a él le obedecían, por lo cual el arzobispo de Montufar, sucesor inmediato del señor Zumárraga, solía decir: “Yo no soy el arzobispo de México, sino fray Pedro de Gante”.

viernes, 8 de junio de 2018

EL MÁGICO CENTRO HISTÓRICO


DE MÉXICO TENOCHTITLAN

Siempre que iba y caminaba las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México, me llamo mucho la atención detalles tan comunes como el que no haya cables eléctricos a la vista, las enormes casonas, los grabados y la gran cantidad de iglesias. Con el tiempo, comencé a buscar información, a conocer calles y lugares, pero en esa área siempre encontrabas más cosas y detalles que no están registrados o muy poco se sabe de ellos. Fue así, que cuando pude, entre y formé parte de todas esas personas que han escrito algo sobre tan especial lugar, publicando artículos y algún libro. Ahora, este nuevo ejemplar que usted debe de leer, es un intento más por dar a conocer un sitio sumamente especial, un lugar que por años ha estado lleno de sucesos increíbles e históricos.

Desde la fundación de la gran Tenochtitlan, hasta nuestros tiempos, tenemos una zona en donde han ocurrido hechos sangrientos, heroicos, subversivos, de liberación, alegría y amor. Diversas sensaciones que han envuelto a sus habitantes o a quien por ahí pasa y se toma un tiempo para ver y poder apreciar lo que ahí está depositado. Para nosotros, este interés por escribir y trata temas relacionados al Mágico Centro Histórico, no es nuevo ya que hace algunos años atrás publicamos una serie de investigaciones, sucesos y lugares poco comunes en un libro titulado: “El Centro Histórico Experiencias del Más Allá”, obteniendo agradables resultados ante el interés de la gente. Y sabemos, que se seguirá hablando, escribiendo y documentando este sitio tan relevante para todos los mexicanos.
En esta ocasión, nuevamente aportamos nuestra forma de ver, apreciar y conocer esa zona especial e invitamos a esas gentes que comparten el mismo interés. Porque soy de la idea, de que toda aquella persona que se sienta atraída por su historia, tiene como deber o gusto, conocer y tener en mente algo de lo mucho que fue su pasado. Lo enseñan en la escuela, en libros y aunque mucho de ello se nos olvida, al pasar o conocer los lugares históricos por donde esos importantes personajes ilustres vivieron o se desenvolvieron, nos damos cuenta de lo trascendente que fueron y como marcaron con ello lo que ahora somos.

Este libro, se suma a la gran cantidad de material que se ha creado para describir esa zona especial, en lo personal, aquí dejamos nuestro sello, y tratamos de dar a conocer nuevos aspectos que seguramente le serán de su agrado. Y es importante, especialmente para quienes habitan la Ciudad de México y sus áreas colindantes, ya que tienen la oportunidad de visitar y conocer lo que ahí aún se resguarda. Pero también es una invitación para el visitante que viene de fuera y desea saber más detalles peculiares sobre ese México antiguo. Si tomamos en cuenta el crecimiento desmedido de la ciudad, comprenderemos que reacomodo tras reacomodo, algunas áreas de este sitio se están perdiendo, desaparecen, por esa razón, hay que visitarlo. Por lo mismo lo invitamos a leer y conocer algo de lo que representa, nuestro Mágico Centro Histórico.

jueves, 17 de mayo de 2018

HISTORIA DE MÉXICO, LA MASONERÍA Y ENTIDADES DEL MÁS ALLÁ

UN SITIO DE PODER A ORILLA DEL MÁGICO
CENTRO HISTÓRICO
Roberto S. Contreras Esparza
La finalidad de este libro, es la de ahondar y tratar sobre un lugar del cual podemos destacar tres puntos importantes que debemos enfatizar y que aquí tratamos de mostrarles con esta investigación... (1) La trascendencia e importancia de un lugar que fue depositario de los restos de esos personajes relevantes de nuestra historia y que movieron al país con sus actos formando lo que ahora somos. (2) La relación de algunos de estos huéspedes, personajes destacados y su participación en una de las sociedades más polémicas, populares e importantes y que sigue vigente desde hace años por todo el mundo, los masones. (3) Y la posible e increíble manifestación, la evidencia (en interesantes fotografías) de espíritus o entidades que por lo que hemos averiguado, se dejan ver en ciertos momentos especiales e incluso se han podido ser captados en imágenes, como lo que les sucedió a estos protagonistas fortuitos, que lograron sin imaginarlo, obtener gráficas especiales entre las tumbas y nichos de un especial sitio, un panteón lleno de historia.
EXTRAÑA CAPTADA EN EL PANTEÓN
Estos sucesos, nos deja entrever la importancia de este lugar, por todo lo que ha acontecido en la zona, pero lo más importante, es que, aun está ahí, para visitarlo, para conocerlo, para sentir toda esa energía histórica aquí depositada, hasta para hacer investigación, para averiguar sobre estos personajes ilustres, para saber más de México y compartirlo con quienes nos preceden y poder prepararlos con información e historia nuestra, ya que ellos serán el futuro del país. Además, de que, este libro puede ser una guía para adentrarse y conocer más sobre este peculiar cementerio.
EN SAN FERNANDO, 14-VII-2005
Y sin la intención o pretensiones, de que esta obra fuera un profundo tratado de la masonería o de cada uno de los ilustres históricos que ocupan tan trascendente cementerio de San Fernando, si procuramos presentarle un libro fácil y ameno, una guía, con interesantes detalles y otros aspectos a comprobar, para que de esta forma fomentemos el interés por este singular sitio, ya sea en lo personal o entre familiares y amigos. Y ya la profundidad, puntos de vista e interpretaciones dependerá de cada uno de nosotros.

domingo, 29 de abril de 2018

DEL BARRIO JUDÍO DEL CENTRO HISTÓRICO


SINAGOGA HISTÓRICA EN MÉXICO
Roberto Samael C. E.

La historia de los judíos en México inició en el año 1519 con la llegada de los conversos, también llamados criptojudíos, estos fueron forzados a convertirse al catolicismo, siendo uno de los blancos de la Inquisición. Durante el periodo colonial (1521-1821) un número de judíos arribó a México desde España, las circunstancias políticas de la época lograron el libre tránsito de mercaderes criptojudíos desde Portugal y España hasta varias regiones de América Latina. Tras la finalización del dominio de la Iglesia católica en México, las reformas liberales permitieron la inmigración de judíos al país, llegando de varias zonas de Europa. La mayor parte en México son descendientes de los inmigrantes, que se pueden dividir, principalmente en: hablantes de yiddish, ladino y sefardí.

A inicios del siglo pasado, la Sinagoga Histórica de la calle Justo Sierra, que tiene como nombre oficial Nidje Israel, como la institución dentro de la cual nació. Esta institución es la que agrupa, desde 1922, a los judíos ashkenazitas, es decir, originarios de Rusia, Polonia, Alemania, Lituania, Hungría y otros países europeos que hablaban idish a su llegada a México. Después de una restauración que culminó en 2009, la Sinagoga abre sus puertas para compartir con el público su belleza, su historia y otras manifestaciones de la cultura judía en México. La Sinagoga Nidjei Israel o el Templo Nidjei Israel, Popularmente conocida como la Sinagoga justo Sierra, tiene una fachada neocolonial típica, excepto porque las puertas de madera tienen labrada una estrella de David, uno de los símbolos principales del judaísmo.

Es un edificio religioso y centro cultural de la comunidad judía. Después de su restauración, la Sinagoga comparte su belleza, su historia y otras manifestaciones de la cultura judía en México. Es la única sinagoga que ostenta el título de Sinagoga Histórica en México y es una de las más antiguas de la Ciudad de México, Es la tercera más antigua en la Ciudad de México, y la primera fundada por judíos asquenazíes, abrió sus puertas en 1941. Para el diseño del arón hakodesh se tomó como referencia a la Sinagoga de Shavel, Lituania.

En cuanto a su fachada, dice la arquitecta Raquel Franklin: “Significativa es la doble fachada de Nidje Israel: deja el edificio de oficinas hacia la calle, con una fachada neocolonial en consonancia con el entorno colonial del Centro Histórico, y que seguramente seguía a los estímulos fiscales que se ofrecían a toda construcción que representara ese estilo; la fachada interior del edificio principal muestra la influencia del diseño de sinagogas del siglo XIX, inspiradas en el neorromántico.”

La sinagoga se creó con base en la necesidad de lugares para rezar, conforme creció la comunidad judía askenazi de la Ciudad de México. La sinagoga funcionó como centro ceremonial, de estudio, de celebraciones y de trabajo comunitario hasta mediados de los años sesenta, permaneció cerrada durante más de tres décadas, pero el 13 de diciembre de 2009 se reinauguró con un evento comunitario y fue reabierta para albergar diversas actividades culturales y religiosas. Siendo un sitio histórico, especial, de las edificaciones y lugares que podemos encontrar y conocer en el Mágico Centro Histórico.

martes, 19 de diciembre de 2017

LA ACADEMIA DE SAN CARLOS

EL ANTIGUO HOSPITAL PARA SÍFILICOS
Y SU CAPILLA MARIANA 
Si la historia nos agrada e interesa, si queremos saber más de lo que sucedió en el Mágico Centro Histórico, basta con caminarlo, preguntar y adentrase a sus palacios, casonas o viviendas. Mucho de estos sitios ahora cumplen otra función, pero no dejan de proyectarnos ese pasado que a través de los años ahí sigue palpitando y dispuesto para quienes quieren conocerlo y saber que sucedió ahí y que función tienen ahora esas edificaciones, calles y lugares que marcaron y fueron parte de la historia del centro de la capital del país.
Uno de estos edificio es el que albergara en un principio al Real Hospital del Amor de Dios, donde se atendían los enfermos del mal de bubas o sifilíticos. Fundado por el Obispo Juan de Zumárraga en 1539. Una vez que el grabador español Jerónimo Antonio Gil, llegó como tallador a la Real Casa de Moneda, concibió la idea de fundar una academia al estilo de las que funcionaban en Europa. Se funda en la Real Casa de Moneda en el año de 1781, bajo el nombre de: Academia de las tres nobles artes: Pintura, Escultura y Arquitectura.
Para el año de 1791 se traslada al edificio que albergara al hospital. La fachada es de estilo renacentista fue realizada bajo la supervisión de Javier Cavallari. La ventana de la esquina en la planta baja, fue cegada en el año de 1910, para alojar en una especie de nicho, la réplica de San Jorge de Donatello, que obsequió el gobierno de Italia al pueblo de México para las fiestas del Centenario por la Independencia.
En una reciente visita a la antigua Academia de San Carlos, pudimos platicar con Gabriela P. Soriano coordinadora de las galerías de la escuela quien amablemente nos platicó sobre una antigua construcción religiosa que ahí sigue a la vista de todos, pero también, ignorada por muchos. Se cree que ahí estaba una capilla Mariana por los rasgos y características que aún tiene, como una gran concha, la concha Mariana dedicada a la Virgen María, y que permanecía activa en lo que fue uno de los primeros hospitales para enfermos de sífilis.
Tomemos en cuenta que ahí en la Academia, el año pasado se realizaron reacomodos y se encontraron entierros masivos de lo que se cree eran los enfermos, además de restos de lo que fue el antiguo hospital. Desde la capilla, se puede apreciar el nivel que tenía el hospital notándose claramente el hundimiento, aunado a que el suelo del Centro Histórico también se ha vencido a través de los años. La capilla estaba cerrada y ahora es paso para la biblioteca, ya que la Academia se amplio y esta sacra construcción quedo como paso por debajo de las escleras.
Esto nos demuestra, el cómo se ha trasformado la ciudad, como ha cambiado la escuela. Algo también muy extraño ahora, es que este recinto está a varias calles del Zócalo y para el siglo XVI, esto era la orilla de la ciudad, siendo, además, uno de los pocos hospitales en ese tiempo que se encargaban en tratar de curar a esas desafortunadas gentes que llegaban a morir, pues alguien con una enfermedad de ese tipo en el siglo XVI difícilmente se curaba.
Sobre la capilla o lo que aún queda de ella, podemos advertir una hermosa concha en el techo y otras dos esquinadas. Así mismo, se aprecia pintura y dibujos o detalles de símbolos en especial el mariano, un tipo de estrella con líneas atractivamente diseñadas que dan muestra de su pasado y para lo que fue diseñada. Al contemplarla y saber la función que tenía, nos ponemos a imagina y pensar sobre los múltiples rezos y suplicas que ahí se dieron, tal vez de esos enfermos que en su ruego pedían por su recuperación, por su salud.
Se aprecian otros detalles, más formas y nuevamente imaginamos como estaría en sus días de esplendor, como es que ahí terminaba el edificio y también notamos, como ha cambiado a través de los años. Finalmente, nuestra entrevistada, la coordinadora de la galería Gabriela Soriano, a pregunta nuestra, nos informo sobre los mascarones que hay en la fachada de la Academia y ¿quiénes son? Y nos relató lo siguiente:
“El primero es Carlos III, después Jerónimo Antonio Gil, de lado derecho se cree (según algunos historiadores) que es Mangino o Couto, estos dos personajes pertenecían a la junta de gobierno y daban dinero a la Academia, y el otro es el gran arquitecto Manuel Tolsá. La estatua de la esquina, la origina está aquí en la biblioteca y se guardó porque en los 80s, los comerciantes ambulantes le quitaron la cabeza por colgarse y es San Jorge, un San Jorge el del Dragon, la escultura clásica que hizo Donatello, una copia de exacta que dono Italia para México en los festejos de independencia”.
Información muy interesante, pues por lo regular pasamos por esa zona y nunca nos imaginamos ni vemos que es lo que ahí esta y quienes fueron estos personajes que le dieron brillo al México colonial. Si usted puede, visite la Academia de San Carlos, ese antiguo hospital para sífilicos y conozca esa peculiar capilla y otras maravillas que aun ahí se encuentran. Finalmente, agradecemos a la coordinadora Gabriela Soriano por su atención y lo invitamos a que redescubra este interesante sitio.
 
Roberto Samael C E

sábado, 9 de diciembre de 2017

LA CASA DEL CAPITÁN JUAN DE CHAVARRÍA

RECUPERO LA CUSTODIA DEL DIVINO
El Centro Histórico de nuestra gran Ciudad, como en este página lo hemos mostrado, está lleno de curiosidades y arquitectura que enmarcan leyendas y mucha historia, además de datos extraños, anécdotas y personajes que por sus obras son recordados hasta nuestros días, y un ejemplo claro de ello, sin duda alguna lo es este audaz personaje, un capitán que poco a poco lamentablemente su hazaña está quedando en el olvido. Aquí les recordamos parte de esa proeza y el lugar donde el vivió y su interesante recuerdo en piedra.
Ubicada en una de las antiguas calles en el Mágico Centro Histórico, se encuentra la Casa del capitán Juan de Chavarría, quien fuera conocido en su tiempo como un héroe y como un bondadoso caballero benefactor que ayudo a las monjas agustinas de San Lorenzo. Este personaje, de origen vasco, Juan de Chavarría se estableció en lo que anteriormente era la calle que llevaba su apellido “Chavarría”, hoy conocida como el último sector de la calle Justo Sierra.
En donde fue construida una monumental casa que sobresalía por su peculiar fachada rematada por una mano, si una mano que está sosteniendo una custodia, la cual se convirtió en un fuerte referente que denota la valentía que en cierta ocasión mostro este caballero al realizar lo que por aquellos tiempos fue una proeza. Según cuenta la leyenda, que el 11 de diciembre de 1676, un ladrón ingresó al templo de San Agustín para robar las potencias de oro del Santo Cristo de la Caña, pero al calor de la aventura provocó un incendio que llamó la atención de toda la ciudad.
Ante este hecho, Don Juan de Chavarría se dio valor para entrar a la iglesia y recuperar la custodia del divino. Como resultado de tal hazaña, el rey le concedió un escudo personal, el cual consistía en la figura de una mano levantando una custodia, que lamentablemente en la actualidad, apenas queda visible en el nicho superior de la fachada.
Debido a su posición económica y a su fama como exitoso comerciante en el México del siglo XVII, el vascongado Juan de Chavarría era una figura que inspiraba respeto entre los habitantes y las autoridades de la Ciudad de México. Por estas razones, su casa habitación que ha tenido múltiples usos, se ha convertido en un referente obligado para visitar y conocer, al hablar sobre el pasado colonial de México y su maravilloso Centro Histórico.
 
Roberto Samael C E

MALGRÉ TOUT… A PESAR DE TODO

JESÚS F. CONTRERAS
 
Las calles, palacios, iglesias, conventos, fachadas y lugares que hay en nuestro Centro Histórico, resguardan leyendas y vivencias que cuando las conocemos, cuando sabemos que sucedió ahí, nos sorprendemos y maravillamos, ya que la mayor de las veces, ya sea por falta de tiempo, desconocimientos o porque no somos observadores, omitimos mucha de estos grandiosos detalles. Un claro ejemplo de ello, lo representa una singular escultura que si hemos pasado por la Alameda la hemos visto, pues está acompañada de otras “mujeres” similares, pero en especial, de una de ellas, conozcamos sobre su origen... He aquí parte de su historia.
Malgré Tout, es una escultura que traducida al español significa “A pesar de todo”, representa a una mujer desnuda, tirada y encadenada. Fue creada en el año de 1989, según los relatos de Amado Nervo, quien dice que Jesús Contreras estando en Francia, confirmó ciertos temores y sufrió la amputación de su brazo derecho a causa de un cáncer mal atendido. “A pesar de todo”, siguió trabajando con un sólo brazo los pocos años que le quedaron por delante, hizo la escultura sin el brazo derecho. Pero, ¿quién fue Jesús F. Contreras?
Jesús Fructuoso Contreras Chávez, nació en Aguascalientes un 20 de enero de 1866. Fue un escultor mexicano, nieto de José María Chávez Alonso, quien fungió como Gobernador Liberal y creó un centro artesanal que marcó al joven para ser escultor. Dado el apoyo que tuvo del gobierno de Porfirio Díaz, esculpió y construyó obras como el Monumento a Cuauhtémoc y veinte esculturas en bronce del Paseo de la Reforma. 
Cuando cumplió 17 años, el gobierno le otorgó una pensión, para que viajara a Europa a seguir estudiando y profundizar en su arte. Al regresó, con apenas 22 años de edad, apoyando a su maestro Noreña, juntos realizaron la bella estatua de Cuauhtémoc, la cual se encuentra en el paseo de la Reforma, de la Ciudad de México, siendo el encargado de la fundición Contreras. El 13 de agosto de 1883 al momento de vaciar el bronce, un chorro en ignición perforo su pie. La inauguración del monumento fue el 21 de agosto de 1887. Poco más tarde Fructuoso Contreras estableció la Fundación Artística Mexicana.
Entre sus obras más destacadas están; un Benito Juárez que está en Chihuahua; efigies de Manuel Acuña y de Ignacio Zaragoza, en Saltillo Coahuila; el general Ramón Corona, en Guadalajara, Jalisco; Nicolás Bravo, Ignacio Zaragoza y a la Independencia, en Puebla; el monumento a la Paz, en Guanajuato; al general Jesús González Ortega, en Zacatecas; a la Corregidora Ortiz de Domínguez. También se destaca por ser autor de los Colosales relieves en Bronce, con figuras Indígenas, del monumento a la Raza de la Ciudad de México. Pero la que suele considerarse como su máxima obra se llama Malgré Tout, elaborada en mármol. Tiempo más tarde, en 1909, el compositor zacatecano Manuel M. Ponce, compuso una pieza de piano sólo para la mano izquierda, que rindiera homenaje al escultor y a la obra misma.
Hay que apuntar que como detalle a tomar en cuenta, que Amado Nervo relataría en cierto momento, que Jesús Contreras realizó esta obra sin el brazo derecho, y por eso la habría titulado Malgré Tout, sin embargo, las referencias históricas desmienten este hecho, ya que la obra está fechada antes de la amputación de su brazo. Malgré Tout, en la actualidad, la podemos apreciar en el Museo Nacional de Arte (MUNAL), pero hay una copia en donde fue colocada originalmente en la Alameda del Centro Histórico. Muere el 12 de julio de 1902 en la Ciudad de México.
 
Roberto Samael C. E.